La mañana del viernes 21 de noviembre, estaba programado el lanzamiento de Carmen, mujer de 85 años y vecina del madrileño barrio de Vallekas. El proceso se culminaba por una deuda de algo más de setenta mil euros. Esta deuda pertenecía al hijo de Carmen y fue adquirida a través de un prestamista que le ofreció el crédito.
El pasado mes de octubre ya se consiguió parar el primer intento de desahucio. Más de cien vecinas de todo Madrid nos concentramos ante el portal de Carmen para evitar que la anciana tuviera que abandonar a la fuerza la vivienda donde había vivido más de cincuenta años. Pero esta vez ha sido diferente, el reloj acababa de marcar las siete de la mañana y los antidisturbios de la policía nacional ya habían acordonado la calle Sierra de Palomeras para que nadie pudiera acceder a ella.
A partir de aquí se ha ejecutado el lanzamiento y Carmen se ha quedado sin su casa. Además, ante la solidaridad mostrada por las personas concentradas en la zona la orden de desahucio ha sido acompañada por la orden de cargar contra los allí presentes que la Delegación del Gobierno ha dictado. El resultado ha sido varias personas contusionadas y la detención de un compañero que además de ser detenido ha sido golpeado hasta producirle numerosas contusiones y daños físicos.
Mientras más de 26.500 familias perdieron su casa en el primer semestre de 2014 las políticas del Partido Popular siguen negando el derecho básico a una vivienda digna. El resultado es que cada vez más personas se ven en la calle y cada vez se trata con mayor dureza las protestas por la falta de alternativas en el derecho a tener una vivienda.
El mercado de la vivienda en España sólo mira hacia los intereses de los poderes financieros y los últimos 35 años de políticas de vivienda lo atestiguan. Los poderes políticos no han hecho sino rendir pleitesía a los mercados financieros y nuestro derecho a la vivienda ha sido su mayor ofrenda. Ahora mismo son miles de familias buscan una alternativa digna para poder vivir mientras que 240.000 casas permanecen vacías.
Ante todo ello sólo la desobediencia, la organización, el apoyo y la solidaridad pueden hacer posible que la gente no sea expulsada de sus casas, que la vivienda digna sea un derecho efectivo y que los mercados financieros no nos roben nuestras vidas.
Cada mañana que sale una comitiva judicial hacia un desahucio, cada policía que pongan para ejecutar un lanzamiento y cada político que dicte las leyes para que todo esto suceda nos tendrá delante. Ciudadanos y ciudadanas que, a pesar de los golpes, ya no tienen miedo.
Carmen somos todas.
Rescatando derechos, recuperando espacios.
Deja tu comentario