Desde la obra social de PAH Vallekas queremos mostrar nuestro apoyo a la recuperación de un nuevo bloque propiedad de SAREB por un grupo de vecinos del barrio. El pasado 13 de marzo conseguimos paralizar su desahucio hasta junio y hoy queremos solidarizarnos con las siete familias que resisten en el bloque sobre el que todavía pesa una orden de desalojo. 

 

Como tantos hogares de los barrios populares en todas las grandes ciudades, la situación de subempleo y desempleo y la ausencia de políticas sociales, en especial de una política de acceso a la vivienda, hace que estas familias se vean obligadas a ocupar un edificio mientras esperan conseguir que se haga efectivo su derecho a techo en forma de un alquiler social acorde a sus ingresos. 

 

Desde la PAH exigimos que las más de 90.000 viviendas vacías en manos de SAREB se utilicen para la creación de un parque público de viviendas en régimen de alquiler social. El propio Ministerio de Economía ha reconocido públicamente que es el Gobierno quien tiene el control del máximo accionista de la entidad, el Fondo de Reestructuración Ordenada  Bancaria (FROB). Estas viviendas las hemos pagado entre todas y se deben destinar a un uso social y no a generar beneficios para accionistas privados. 

 

Queremos rescatar a la ciudadanía, no a los bancos. Se trata de una exigencia que hemos hecho llegar a través de la entrega de una carta al Ministerio en numerosas ocasiones.

 

Mediante la campaña de la Obra Social de la PAH, una vez más la ciudadanía organizada va un paso por delante de las instituciones, planteando soluciones realistas y al alcance de la mano ante el drama de los desahucios y de las miles de familias que no tienen acceso a una vivienda digna. Más de 2.500 personas, que las entidades financieras y los poderes públicos han dejado en la calle, han sido ya realojadas por la PAH. Mientras tanto, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid están desmantelando el escuálido parque de alquiler social existente, vendiendo las viviendas, con sus inquilinos dentro, a fondos buitre cuyo único fin es la especulación.

 

Mientras existan leyes injustas, seguiremos promoviendo la desobediencia pacífica para evitar que nuestras compañeras se vean en la calle. El apoyo mutuo y la organización son la única salida ante la pobreza y la exclusión a la que nos empujan. Los edificios recuperados al banco malo son nuestros, y una vez más exigimos a SAREB y al Ministerio de Economía que se sienten a negociar un alquiler social justo para las personas que habitan estos pisos.
Además exigimos que se retire la orden de desalojo que amenaza con volver a dejar en la calle a estas siete familias sin alternativa habitacional. 

 

 La SAREB es nuestra, y sus casas también.
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